miércoles, diciembre 20, 2006

El Acertijo del Maestro

Me permito reproducir aquí un extracto del libro titulado "LAS PARABOLAS DEL PADRE ANGEL", escrito por el Padre Angel García Rodriguez (*), Editorial La Esfera de los Libros, Madrid, 2001. Esta parábola que transcribo a continuación lleva como título "El acertijo del maestro". Espero que la disfruten:

Un día, el maestro preguntó a sus discípulos:
- ¿Quién de vosotros sabría decirme cuándo acaba la noche y cuándo empieza el día?
Uno de los discípulos contestó:
- Cuando ves a un animal y, a mucha distancia, puedes distinguir si es un caballo o una vaca.
- No es eso - respondió el maestro.
- Cuando miras un árbol y, a mucha distancia, puedes distinguir si es un mango o un manzano.
- Tampoco - replicó el maestro.
- Dinos tú la respuesta - pidieron a coro los discípulos.
Y el maestro habló y dijo:
- Cuando miras a un hombre a la cara y reconoces en ella a tu hermano o cuando miras a una mujer a la cara y reconoces en ella a tu hermana. Si no eres capaz de eso, entonces, sea la hora que sea, aún es de noche.

Me irrita mucho oír que hay que amar a Dios porque es Dios y al hombre porque en él está Dios. No señor, hay que amar a Dios porque es Dios y al hombre porque es hombre.

Si una mañana brumosa caminas por la ladera de la montaña de la vida y percibes que algo se mueve, puede que lo tomes por un monstruo. Si te acercas, verás que es un hombre. Y si le alcanzas, verás que es tu hermano.

Dios te sonríe en el hermano.

Como decía Dostoievski: "Cuando reconozco a un hermano en mi prójimo sólo entonces soy hombre".

Cuanto más quieres a tu hermano más persona serás.

La fuente de la felicidad está en darse. Y no esperes las grandes ocasiones para hacerlo. La vida se teje con pequeños detalles, no con actos heroicos.

Mira en lo profundo de tu alma y descubrirás el amor.

Si quieres vivir el amor sin quedarse en retóricas, intenta hacer felices a los demás.

Dice el Talmud:

Hay dos cosas fuertes.
El hierro es fuerte, pero el fuego lo derrite.
El fuego es fuerte, pero el agua lo apaga.
El agua es fuerte, pero las nubes la evaporan.
Las nubes son fuertes, pero el viento se las lleva.
El viento es fuerte, pero el hombre lo vence.
El hombre es fuerte, pero el miedo lo derriba.
El miedo es fuerte, pero el sueño lo vence.
El sueño es fuerte, pero la muerte lo es más.
Pero el amor bondadoso sobrevive a la muerte.

Como decía el filósofo francés Gabriel Marcel:
"Amar a alguien es decirle: tú no morirás jamás. Porque, aunque hayas muerto, vivirás en mí".

(*) El Padre Angel García Rodriguez, fundador de la asociación Mensajeros de la Paz, es el padre de los niños de los niños y de los ancianos de la miseria, la enfermedad, la marginación y el desamor. A través de esta esmerada selección de historias, el Padre Angel glosa sus recuerdos y su amplia experiencia con los preferidos de Jesús: los más necesitados. Un libro para pensar y meditar desde el fondo del corazón, para rezar y vivir. Y para descubrir el secreto y motor de este gran personaje, premio Príncipe de Asturias de la Concordia al que muchos, fuera y dentro de España, comparan con la Madre Teresa de Calcuta.